martes, 17 de julio de 2012

¿En que parte del sueño te quedas?
suena absurdo sostener el tiempo.

Te hice verso, prosa, nostalgia mal vivida,
te hice dibujo, letra recostruida, reclamo, fotografía,
te volví sueño, audio, caminata ¿ya dije nostalgia?
te planté en una rosa roja, tal como te gustan,
te aventé al cielo con risas enteras de noches en vela,
te volví imagen perseguida en otras caricias,
te hice símbolo arquitectónico de palabras indiscretas,
te hice indirectas, directas, perversas, amorosas, distantes,
te compuse canciones, sin notas, sin acordes,
te amé, te odié, te callé, me tragué el orgullo, y las ganas de correr,
te volví indiferencia, calcinando mi alma entera,
te volví estela, mar, tormenta, tsunami, cuento,
te convertí en arte, en libro, en tiempo, en espera.
Destrocé las hojas donde escribí con fervor tu nombre,
mencioné plegarias para que la vida te cuidará,
te volví ausencias, silencios, gritos ahogados cada que te miraba,
te volví historias, cartas, ejercicio alternando a la realidad
de tu recuerdo.
Te volví malabares de recuerdos, mensajes, miradas suplicantes,
te volví películas, alcohol, bebidas que fulguraban en mi garganta
quemándome las entrañas, quemándome las fuerzas menos las ganas, las ansias
de saberte un poco.
Te volví noche, día, tarde, lluvia, sol, luna, insomnios todo para sentirte un poco,
para deshacerme un poco, un todo, de lo poco de ti.
Hice todo esto porque no te tolero,
porque sigues en mi pensamiento,
porque no te cometo de ningún modo,
porque te quiero, porque te respeto,
porque nunca haría algo para herirte,
porque prefiero vivir sin ti y flagelarme con el pensamiento, de que fallé.

Todo para olvidarte, sin éxito alguno
pues me encuentro aquí, volviendo una y otra vez
escribiéndote.


A.M.

jueves, 5 de julio de 2012