domingo, 12 de mayo de 2013

Lluvia.

Tan solo estoy escuchando el golpeteo de la lluvia en mi ventana
imaginando si yo te haré falta...

Deseando poder salir, mojarme
caminar mientras enciendo un cigarrillo y contemplo la noche.

Y entonces desearía poder estar en tu cama,
sintiendo el calor de tus piernas enredadas entre las sábanas.

Escucho la lluvia y juraría que estás despierta,
abrazando tu almohada para no temerle a esos truenos que amenazan.
Y yo, deseando estar allá afuera,
empapándome de ti.

De que sirve esta lluvia, si tu no estás aquí.
Yo imagino que salgo, voy a tu encuentro,
te comienzo a descubrir....

Esta lluvia me hace tan solo, mojarme sin ti.


Airy Minor

viernes, 3 de mayo de 2013

Bebiendo...

No me cansaré de beberme estos tragos a tu nombre.
Ni de pronunciarte junto con mi dolor presente en
cada sorbo que me arde la garganta.

No me cansaré de gritarle al tiempo la injusticia
de haberte conocido.
Ni a la vida, el ponerme tantas bromas contigo.

Te digo de una vez que el milagro es que no este vendido
este amor, loco, desmesurado, desprotegido.

Sueño contigo y basta para tenerme sonriente
día y noche con tu imagen en mi mente.
Ojalá mis sueños fuera la única verdad que conociese,
de esa forma despertar no sería ninguna amenaza a perderte.

No me cansaré de los tragos que a tu nombre bendigo,
con este alcohol que me hace perderme
valorar mis sentidos.
Escucho todas las conversaciones, me río,
y sin embargo mi mente solo está contigo.

Y tú, no estás, no existes, no escribes,
eres una presencia inhabitable en el sazón de mis letras,
solo tu recuerdo, tu mirada me persigue todo el tiempo,
aún con el alcohol, cierro los ojos y te miro.

Y tú, no estás. Estarás quizá dormida, quizá en brazos de aquel
quizá sola llorando, por quien en verdad has de querer.

Yo, aquí, ahogando mi amor por ti,
tú allá, pensando en alguien más
sin saber de mi existencia, y si acaso lo sabes
es lo menos que cruza en tu cabeza.


Airy Minor.

lunes, 22 de abril de 2013

Ya no sé quererte menos, ni más
ya no sé si quererte ha sido una casualidad.
Me encontré en tus ojos
llenos de falsa voluntad,
de un amor que irradia tan nula fertilidad.

Le hice el amor a mi almohada
pensando en tu vanidad,
en el orgullo lejano
donde me has de habitar.

Mordí mis labios para no caer ante ti
pero tú me abrazaste la mano y me sentí morir
desvaneciste mis miedos,
me invitaste a dormir.

Desperté sintiéndote,
para hilvanarme contigo
nos volvimos instantes, bares, motivos.
Humos de silencios no compartidos.

Te amo como solo se aman esas cosas libres,
esas mujeres, que jamás serán tuyas,
pero que han sido tuyas como jamás de nadie serán.



Airy Minor

jueves, 18 de abril de 2013

Erotismo narrado.

Me gusta estar arriba, de esa forma defino el ritmo en el que te quiero dentro mio.
Voy cayendo al abismo de tu placer, esa tendencia elocuente de hacerme enloquecer. Comenzamos siempre  ajustándonos a los besos, mordidas y pequeños movimientos, entonces me enciendo.
Tus mordidas despiertan mi deseo, y mi mirada penetra todo tu cuerpo.
No lo dudo ni siquiera un momento, eres fugaz, y te deslizas en mi cama como una profesional, besándonos esto no se va a calmar, voy descendiendo rozando tu piel con mis labios ensalivados, me deshago rápidamente de tu ropa, la aviento, toca el suelo, me detengo. Comienzo a admirar tu piel suave, tersa, blanca, esperándome.
Beso tus senos que para mi son perfectos, los lamo, los muerdo, los acaricio con el cuerpo, juego con tus piernas cruzándome en ellas, enredándome como serpiente desesperada. Y mi lengua es igual a la de una serpiente, recorro tu abdomen, no dejo ni un espacio en blanco, me haces falta, tengo que memorizar cada sendero trazado por mi cuerpo. Quedarme con ese vivo recuerdo.
Muerdes tus labios, tu espalda se eriza, se curvea, me enloquece ese movimiento, sé que estás perdiendo, tu cabello cae sobre mi cama, tus manos juegan con mi piel y mis sábanas, no sabes a qué aferrarte.
Tus piernas se abren sé lo que me espera, pero me encanta verte así, enloqueciendo, me quitas la blusa, quedan mis pechos desnudos, justo ahí, rozando con tus labios, húmedos, la caricia simple que eriza, encendiendo mil demonios, fuegos, desatando mares.
Entonces me amarro los brazos a tus piernas, me dispongo a probar las mieles desconocidas de tu cuerpo, cuántas huellas más encontraré, no importa, qué importa, eres mía, estás ahí, esperando mi lengua, te recorro, gimes, ya lo esperabas, y comienzo a jugar con mi lengua dentro de ti, con mis dedos, sintiendo tu mano cayendo sobre mi cabeza, me jalas, me hundes, me ahogo, tomas mi cabello y soy tu prisionera, te toco los pechos, escucho a tu cuerpo, me pides, presionas la sábana para salvarte, gritas. Te miro, con la templanza y el placer de todo buen amante, sé que lo estoy haciendo bien, gritas y tu placer me invade, me llenas la boca con tus sales.
Vuelvo a besarte, combates, abres mis piernas y me invades, es un juego de pieles, labios, agua. Comienzas a moverte y te siento dentro...


Continuará...


jueves, 11 de abril de 2013

Musa.


¿Qué? si te pido que te quedes

Quizá una noche lejos del mundo,
imaginándonos perdidas, efímeras,
infinitas.

¿Qué? Si me importas demasiado,

como para perder el desencanto,
te quiero a mi lado
¡Ya no importa cuando!

¿Qué? si aún lo siento

que me quema el cuerpo.

Tantas letras incineradas en

la hoguera de un poema.

Todo escritor tiene una musa

inalcanzable. 
Un fantasma que solo se comete
en irrealidades:

Alguien como tú.






Airy Minor.

jueves, 4 de abril de 2013

En las repetidas letras de mis palabras te escribo
plasmo tu silueta desgastada en mi piel
que arde en deseo de ser tocada
acariciada, de sentir un beso humedecido
que me roce hasta el alma.

Bailar con el ritmo de tus caricias
o de otras caricias
de cientos de manos tocar mi cuerpo
una y otra vez
no tengo consuelo.

Bailar con las sombras de mi habitación
con las gotas de lluvia que mojan mi cuerpo
y en el atardecer sentir como alguien me
roba un beso..

Un beso...

Que delicia es sentir cuando alguien nos roba un beso
...¿Por qué yo no te hice eso?....

Después de ti, la calma.



Después de ti la calma
como el lago que esta en mis deseos
profundo, extenso...
tu navegabas por mi cuerpo
con el sentimiento de algunos otros 
de algunas manos que alguna vez te tocaron.

Y yo.. esperando
deseando no pensar en algunas más
en algunas más..
ideas....

Después de ti la calma
porque al pensar en ti
se me rompe la concentración
el alma se apiada
y ante tu sonrisa transparente
mi cama no encuentra ya calma.


Después de ti la calma..
y después de eso...
nada.
Que el frío de la soledad no apague tu luz
que la sonrisa hermosa de tu rostro
no se acabe jamás.

Que el frío de mi corazón no te halla matado
pues en esta soledad tan penetrante
solo te estoy recordando.

Viviendo en el no olvidarte
para siempre recordarte
me esta matando.

Solo quiero que esto termine de una vez
que algún día pueda decir
que te ame...
sin que me duela en el alma
el no tener tu querer...

Pero lo cierto es que aún te amo
que me duele no verte
que tu presencia influye en mi dolencia
que espero no encontrarte
en los brazos de otra amante
y deseo no dejarte
pero que ya no puedo adorarte.
Porque el miedo me invade
al recordar un te quiero de tus labios
un Te amo, que no supe contestar
porque hoy me encuentro preguntándome
¿Dónde estarás?

Cuando volveré a mirarte
y tus labios poder tocar
ha pasado tan poco tiempo
y ya te siento adorar

No te marches de mi lado
quédate un rato más
no perdemos nada con intentarlo
al contrario, ¡Podríamos ganar!

Pero si te cansas de pensarlo
y no lo quieres realizar
si mis besos no te convencen
entonces te puedes marchar

Pero eso si te digo
si me dejas, no vuelvas más
mi corazón esta cansado
de rogar y llorar.

Prefiero que hoy
me hables con la verdad
pues te estoy llamando
con gran intensidad

Te juro no me lo esperaba
apareciste, así no más
¿Quién crees que eres?
para robarme la tranquilidad.

Provocación.

Sentí la humedad en mis dedos...
tu cuerpo desnudo encima del mío
sentí la pasión desbordada en mi cama
y escuche cantos celestiales
mientras me amabas...

Sentí como me fundía en tu sudor
y era tan tuya
jamás olvidare tu sabor...

Sentí como me pertenecías
y que en una arrebatada caricia
mis manos se hundían...

Sentí que gemías
que en tus ganas me envolvías...

Pero solo fue un sueño...
sentir lo que nunca viví
pues hoy... tú no estas aquí.

Pero que rico sueño
sentir...
que estabas en mí.



Provocando tus pensamientos... provocando tu mente... tu pasión... quiero perderme en tu sabor....

miércoles, 3 de abril de 2013

Carta a:

Fue un placer conocerte, qué digo placer, ha sido un desafortunado encuentro. Una broma retorcida de la vida, un tornado, un terremoto sin salida, un barco a la deriva, un ridículo encuentro del destino. Todo eso ha sido. Y sin embargo lo volvería a repetir hasta entederlo.
Tu recuerdo se me desliza como agua por las manos, me refresca la mente y sonrió, me la pena admitirlo, pero es cierto. Te he pensado no sé cuántas noches, te quise con cada suspiro de mi corazón desilusionado. Y día a día me iba prometiéndome la mentira más grande que me he dicho en la vida: Voy a olvidarte.
¿Recuerdas aquella vez en que me abrazaste? 
Justo en ese momento mi corazón se detuvo, se hizo de maletas y se largó contigo.
Te escribo esta carta que no leerás (porque es evidente que hace mucho que dejaste de leerme) para no perder la costumbre de dibujarte en letras, hacerte prosa, presa, poema. 
Fue un placer conocerte, ha sido una desdicha no tenerte, y sin embargo te seguiré escribiendo con la ilusión desahuciada de que no volverás a leerme y si acaso en algún momento me recuerdas, entonces te dejaré las huellas de mis letras para que me sigas.


Fuiste un placer... un placer y una desdicha. Una de las más grandes de mi vida. 




Airy Minor.

martes, 26 de marzo de 2013

Que difícil es verte en otros labios
saberte de otra amante,
que no te encuentres en mis brazos.

Aquí. Mi pensamiento mutilado,
entre hojas secas que me gritan
cada que las piso.

Tu sombra me persigue,
la miro, la detesto,
me sigo enamorando,
sin querer detenerme
te sigo añorando.

Y tú, pensamiento vólatil
entre nubes de nostalgia.

Airy Minor.




viernes, 15 de marzo de 2013

MIRADA



Siento mi sexo palpitar cada que camino cerca tuyo, en realidad quise decir que siento el corazón latiendo de una forma incontrolable cada que voy a tu lado.
Suena más bonito decir que me cortas la respiración con tan solo verte, en realidad lo que oculto es que me cortas la respiración porque te imagino desnuda, húmeda, esperándome.

Sobre todo cuando vas de color negro, con el cabello suelto sobre los hombros delgados de tu cuerpo, así me gustas. Cuando andas por la vida con el cabello alborotado, rebelde, libre. Y mostrando el escote de unos senos perfectos, que van a juego con lo que llevas puesto.
Y entonces me penetras con tus profundos ojos oscuros, y llenas de gamas mis asombros, es justo cuando comienzo a paralizarme, a desprenderme de mi cuerpo para ir a besarte, rozando mis labios con tu cuello, bajando lentamente hasta lamer tus senos, morderlos, jugar con ellos. Acariciar con mis manos tu espalda desnuda, rasguñarla, hacerte daño y hacerte gemir porque no lo toleras, no soportas perder el control de esa manera, te es inevitable.  Entonces te volteo agresivamente hacia mi, y te beso apasionadamente, me muerdes, porque sabes que me descontrolo cuando lo haces. Desabrocho tu pantalón y siento tu humedad, es momento de sumergirme en ella, de mover mis dedos en dirección al desconsuelo, a la lluvia.
Y cuando me sientes hundes tus dientes en mi hombro, te jalo del cabello porque necesito que entiendas que soy yo quien manda, te beso el cuello, lo muerdo, sudas, cierras los ojos y gimes, entonces te cubro la boca para que no grites, no pienso darte ese placer, prefiero que me muerdas, ese si es mi placer. Tú no cuentas.
Has llenado todo con tu mar, con tu sal, el aroma te pertenece, pero fui yo quien lo ha causado, eres mía, esto es mío. Ahora me retiro, te dejo con todos los relieves de tu hastío, con la indiferencia de quien no quiere más que saciar sus instintos. Porque para eso, es para lo único que me sirves.

Y todo eso sucede en mi mente cada que me miras. Todo sucede progresivamente en mi cabeza de una forma incontrolable, en un segundo, porque definitivamente tus miradas nunca son tan largas, aunque a veces cuando lo son, imagínate lo que pasa.


Airy Minor

miércoles, 13 de marzo de 2013

Entonces te gustó mi amor desahuciado.
Yo amándote con toda el alma y tú disfrutándolo,
yo amante fiel de tu mirada, y tú egoísta cruel. Insensata


¿Cómo es posible que te llenaras de júbilo al saberme de ti?,
tú tan dueña de mi.
Y yo, enferma de insomnio, sin poder ni escribir,
tan solo soñando con el día en que fuese de ti.
Y yo que soñaba el día en que te apiadaras de mi,
que me dieras un poco de lo mucho que construí.


Mientras tú gozando de mi cansancio de ti,
del loco, perdido, exhauso amor, que por ti sentí.
Lo peor es que ahora me doy cuenta,
de que fui juguete, títere de tu fantasía,
siempre que querías.
Lo peor es que sé que nunca me has querido,
y que de mi amor siempre has sabido,
no, eso no es lo peor, lo que hoy me devasta es saber
que jamás tu amor podré tener,
fiera, fuerte, burlona infiel,
mi corazón, siempre has de tener.


Aunque nunca, nunca lo has de merecer.


Airy Minor

Te quiero, lo sé,
vos lo sabes. 


Encuentras los argumentos
en cada línea de mi cuerpo.
Te quiero, sin el pensamiento
de aquello que es eterno.
Y te estoy escribiendo
sin ocultar mis sentimientos.


Cada que te siento,
el alma se me paraliza, tiembla, sueña.
Y si tu te acercas, entonces todo comienza a tener sentido,
cada pulso de mi vida, adquiere un motivo.


Te quiero y vos lo sabes,
porque cada que te miro, te acaricio el suspiro.
Y uno quisiera quedarse ahí,
clavado en tu mirada, perdido, extasiado, vivo.


Te quiero porque no sé no quererte
y esa, sin duda. Es mi muerte.


Airy Minor


martes, 26 de febrero de 2013

Escena I

Se sentó frente a mi, con esa mirada ausente que lleva casi siempre. No pude evitar verla, llevaba una blusa que jamás le había visto, color blanco, el contraste perfecto con su cabello negro, y sus profundos ojos oscuros.
Un hombro desnudo invitaba siempre a desear su piel, la miré tan detenidamente que puedo jurar que la besé, como tantas veces ya lo había imaginado.
Odio cuando se toma la molestia de arreglarse un poco, porque entonces no puedo ser discreta, no puedo dejar de verla.
Apagan las luces y el proyector se enciende, la profesora habla en un idioma que no comprendo porque no la escucho y la ignoro, sus palabras son tan efímeras para mi que lo único que puedo retener es la imagen de esa mujer, con esa blusa blanca que me prendió la imaginación, entonces me digo que no debo de ser tan estúpida que hay más de 20 personas en el salón y debo de comportarme.
Bajo la mirada y hago garabatos en un post-it, yo y mi adicción a esos pequeños trozos de papel de colores con un poco de pegamento, entonces me doy cuenta de que necesito plasmarla, es mi única fuga para no enloquecer. Comienzo a escribir en una libreta cualquiera, y la hago verso, prosa, ideas, la voy desvistiendo con palabras, y entre tantas letras me sumergo, porque la siento de una manera inalcanzable, ajena.
Entonces me detengo, siento el golpe de su mirada que es como un látigo que me golpea todo el cuerpo, porque nunca sé lo que está pensando. Sus profundos ojos negros son un abismo que me aterran y al mismo tiempo siento el vértigo de querer lanzarme al vacío en ellos.
Con el dedo índice en su sien y el pulgar en su barbilla, con la cabeza inclinada y esa coleta en el cabello que la hace ver como si fuera una niña, indefensa, cruel, me tortura con su mirada. Pero esa postura de ternura nada tiene que ver con el relámpago que es su intensidad, la miro directamente a los ojos, con esa expresión que no dice nada y dice siempre todo. Una mezcla de emociones que no logro controlar. Son segundos, un momento que me parece una eternidad.
La energía que de ella emana me paraliza, y entonces siempre tengo miedo de que piense que soy una estúpida.
Sigo escribiendo e intento ignorarla, en realidad nunca lo he hecho, la conozco más de lo que se imagina, leo sus movimientos, su expresión corporal, lo único que no se leer es su mirada, es como si la conociera y todos los días fuera otra, una mujer que jamás he visto en la vida.
Pero justamente ese día tenía que verse jodidamente hermosa, tanto que me daban ganas de violar el pacto silencioso de alejarnos, de sernos indiferentes. Entonces todos los reclamos llegan a mi mente, y todas las preguntas no resueltas y los por qués insensatos que me llenan de una profunda melancolía se alborotan.
Ahí en medio de todos mis impulsos se detienen, se controlan, porque sé perfectamente que no puedo hacer nada, más que callar, desear y seguir imaginando, siempre he intentado controlar mi imaginación cuando de ella se trata, es una culpa no cometida, un arrepentimiento adquirido.
¿Qué estará pensando? si pudiese responder a esa pregunta!
Entonces la miro, se pasa las manos por la cara, se queja, siempre se queja, hace gestos, suspira, suspira... ¿cuántos suspiros sin remedio, sin respuestas, sin anhelo?... Intento permanecer impasible, quieta, siento que si respiro me haré mil pedazos, trago saliva para intentar deshacer el nudo en mi garganta ¡lo que causa con una mirada! pero no puedo, encierro nuevamente mis sentimientos, hago trizas mis pensamientos, ¿cuánto durará? me pregunto, ¿algún día me volverá a hablar, de frente? lo ignoro. No tiene caso seguirse atormentando, pero día a día la escena se repite, llega con su aire indiferente, con una nube negra sobre la cabeza, ríe, no sonríe, no tiene ese brillo en los ojos encendido, simplemente la miro, camina, pasa, va de un lado a otro cuando lo necesita, se aleja, se acerca, siempre a todos menos a ella misma.
Y yo mirándola, jugando a tener una vida, jugando a no conocerla, jugando a no saberla, mordiéndome las ganas de hablarle, de abrazarla, de poder tocarla si quiera.

Pero la escena se repite... aún a la fecha.


A. Minor

martes, 19 de febrero de 2013

Incomprensible.

Es insensato quererte.
La culpa no es tuya, ni mía, la culpa no es de uno, ni de dos,
ni del terceero que siempre se aparta cuando hay problemas.

Eres el vicio que me arruga la vida,
las líneas de cocaína.
La droga que me mata, me consume y cosecho.

Tú no tienes la culpa de que mi corazón se mantenga alerta,
de mi temor a naufragar un día de estos,
por casualidad mientras te veo.

Es verdad, muero de miedo al tenerte cerca,
ojalá uno solo de tus cabellos jamás me roce,
podría quedarme prendada al fuego de tu cuerpo.

Incomprensible, un texto para la musa que no lo lee.
Un texto lleno de ti, sin ti.

viernes, 15 de febrero de 2013

Sin sentido.

Porque al final te escribo en la ausencia de tu cuerpo,
dentro de la inagotable imaginación que me hace quererte
ojalá fueras solamente una fantasía mía,
de ese modo yo misma te desaparecería.

Pero no lo sos,
eres más real y entera que mis fantasías,
me atrapa tu cínismo cruel,
tu egoísmo y tu ternura que justifico.

¡Cómo te justifico!
Es también una forma de amarte,
de saberte con todas tus penalidades.

Amarte, sin querer cambiarte nada,
más que el destino de los suspiros,
de los besos, de los sueños.

Pero no puedo, es una pena que uno no pueda
hacer más que añorar eso. El deseo.
Es una pena que ande vagando en busca de otros brazos
de otros labios, que llenen tu espacio.
Infame, cruel, inhabitado.


Airy Minor

Quisiera

Quisiera ser valiente,
demostrar con una mirada
que no me haces falta.

Quisiera ir dejándote en cada palabra,
el suspiro que noche a noche malgasto.

De veces, versos y eso, sobre todo eso.
El inaguantable insomnio que me abraza
en el que te cometo, en el que simplemente
de ti no me libero.

Quisiera ser valiente,
para irte dejando un poco fuera de mi pecho,
que no me importe si estás bien o mal,
para irme de una vez sin mirar atrás,
para decirle al mundo entero
que te amé y salí ilesa de ese querer.

El problema es que quisiera ser valiente,
pero al mirarte, todo se desvanece.



Airy Minor

lunes, 28 de enero de 2013

Letras al aire.

Te odio, te odio por no poder odiarte 
por seguir esperando... ¿Qué espero? 
Ni yo misma sé lo que espero. 

Odio verte, porque no te veo, 

evado siempre la mirada porque no puedo 
porque se me oprime el pecho, 
muerdo mis sentimientos. 

Ojalá te me pasaras un día de estos, 

con un soplo del viento, así, de golpe. Te me fueras. 

Porque me dueles, porque no podré tenerte, 

porque no sé si pueda continuar 
dominando mis impulsos, mis sentidos,
todo me lleva a ti, una y otra vez
sin poderme resistir.

Odio tanto cariño, tanto amor desmedido

¿Dé dónde nace tanto amor no correspondido?
Te odio porque no sé odiarte,
porque por más cosas que hagas no puedo odiarte,
porque vivo pensándote.

Porque sé que no tiene caso,

aferrarme a un "Algo"
Te odio, porque en lugar de odiarte con las entrañas
Te amo con toda el alma. 




Airy Minor

viernes, 25 de enero de 2013

Te soy lo único que no quisiera, ser sincera. 
Cómo mentir a esos ojos de profunda tristeza, 
si mi desvarió inicia donde tu me condenas. 

Me invitas a desearte, y no te das cuenta. 
Te cometo, te soy, te vuelves presa, 
la presa siempre he sido yo. 

Sabes que te siento, 
que te llevo aquí en mi pecho, 
cómo si fueras una astilla, que lastima. 

No quiero ser sincera, 
porque me aterra volver a perderte. 
Y nunca te he tenido.
No te soy indiferente, 
nunca lo he sido siempre he estado ahí, 
aún en la distancia contigo. 

Que patético y lamentable suena eso, 
a que consuelo me remito, 
que conformista me vuelvo cuando estoy contigo. 
Uno no deja de querer así nada más. 
Siempre hay más, 
siempre hay algo, 
un delirio inacabado. 

Siempre tú, y sin saber porque. 

Airy Minor.

domingo, 20 de enero de 2013

Pensamiento I.

La mujer que amo, ama a alguien más, y entonces vos me dices que soy cobarde por no luchar por su amor.
No te parece de valientes el hecho de seguir ahí a su lado incondicionalmente, del mismo modo en el que te apartas para que ella luche por quien ama. Dándole golpecitos en la espalda, caricias, poniendo tu hombro y tus horas de sueño para leerla, para escucharla, aunque cada una de sus palabras sean látigos golpeándote por saber que no sos tú. Que es alguien más quien le parte el corazón.
Lo que vos no entedés, es que luchar por el amor de una mujer que no te ama es ya de inicio, una batalla perdida. 

viernes, 18 de enero de 2013

93, Rayuela. J.C

Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos, ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobe los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincarían las formas combadas, creería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero fijate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.
¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo.
Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatríz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto. Pero estoy solo en mi pieza, caigo en artilugios de escriba, las perras negras se vengan como pueden, me mordisquean desde abajo de la mesa....