jueves, 29 de marzo de 2012

Inevitable:

Y te llevo en el centro, tan dentro mio que luego no te encuentro.
¿Cómo es posible que te me clavarás tan adentro?
En el pecho mio que no tiene espacio para amores prohibidos
que se ha llenado el tiempo con melancolías
poemas y canciones aún no escritas.

Y te quiero, aunque estás ausente
y de repente te apareces
haciendo presencia inútil de tu delicadeza,
de tus pequeñas manías que me vuelven intolerable.

¿Cómo es posible que me aprisiones tanto
en ésta libertad de no tenerte?
Te llamo a gritos ahogados y no me miras,
no llamas, no escribes, no te haces presente.

Y es justo cuando me resigno, cada que apareces,
te gusta jugar con este vacio que lo habita tu ausencia
y el acto de tu presencia en un instante efímero.

Todo me habla de ti, incluso el aire que no respiro.
Y tus manías se quedan plasmadas como una mancha
no deseada en el papel donde escribo a diario mi historia.

Y te siento tan dentro mio, como si de esa forma pudiera conservarte,
y te extraño y te dejo ir a instantes, como si de esa forma, a veces
se me ocurriera olvidarte.


Airy Minor.

sábado, 10 de marzo de 2012

Voy a enredarme en los brazos de una mujer
que envenene mis sentidos, que me haga
no imaginarte en mis soledades.

No me fijaré si acaso tiene un cabello negro y largo
ni unos ojos, oscuros y penetrantes,
no me fijaré si tiene
unos labios antojables,
ni en su cuerpo delgado,
con la piel no saciada de un amante.

Me dejaré en los labios de aquella,
que anhele compartir una luna entera,
no me importará si su sonrisa me conquista
si su ternura me domina,
si por casualidad,  en su piel
invento algunas caricias...

Me dejaré en los brazos de una amante,
de dos, de tres, de diez,
todo para no añorar tu imagen,
para no pensarte, para no imaginarte,
para dejar de inventarte...

Me dejaré en los brazos de una amante,
aunque al final, terminé recordándote.

A. Minor
Soñe con una mujer que me robó el pensamiento muchos años,
de esos amores que uno piensa que jamás se irán,
que basta tan sólo una palabra para que tengamos una sonrisa estúpida,
de esos amores que uno piensa que nos matarán.


Soñe con la mujer que hace años, 
me aniquilaba, que sus caricias me encantaban
y los pocos besos que me daba
siempre me incitaban a desearla más,
cada vez más.


Soñe con la piel que recorrí una tarde de Abril,
con sus sonrisa, su aroma, soñe que la tenía nuevamente,
sus ojos negros, su piel blanca, su cabello castaño
soñe con sus manos, su abdomen delgado, firme,
sus pechos siempre incitantes, sus piernas que te abrazaban
tal como enredaderas que danzan...
Soñe con su cama, en la que nos descubrimos,
con esos detalles que siempre tuve, 
con las letras que le dediqué, 
con ese amor pasional, loco y desmesurado que por ella profesé.


Soñe y al despertar me pareció tan extraño,
han pasado los años, hace tanto que no la sé
que mi almohada no pregunta por ella
que se me fue el interés, 
no sólo fue un gran tormento, fue mi mejor amiga también,
los años, la distancia y el tiempo
nos hizo alejarnos ya lo ven,
hoy no queda nada, ni amor, ni amistad, sólo el recuerdo tal vez
que aparece en esas noches que me asaltan,
que vuelve a mi mente y me hace sonreir
Antes pensé que nunca te me pasarías,
que mujer como tú no encontraría,
pero ahora ya lo ves,
tú seguiste con tu vida, yo con la mia,
y no, nos volvimos a ver,
sólo aquella tarde por casualidad, 
que me cuestionaste acerca de mi libertad
y yo con toda la frialdad del amor que ya no sentia
te dije, Tú ya no eres más.


P.V.


Airy Minor.

domingo, 4 de marzo de 2012

No te voy a olvidar nunca.

Aún si me aferro a la vida,
escuchar canciones que contigo oía
te juro vida mia,
que tus trazos me aniquilan.

¿Cómo pudiste marcharte?
Dejándome con tantas noches estrelladas
en qué lugar puedo no encontrarte
si estás hasta en mis no ganas.

No pretendo olvidarte,
dejaste tu huella posesiva
con el toque de tu saliva,
¿Cómo pretendes que no te nombre?
si te encanta presenciarte,
en las nubes, en el humo,
en el sonido del tiempo que me grita
tu ausencia.

No te voy a olvidar nunca,
ni siquiera, cuando más lo quiera.


A.Minor.

Reencuentro


Fueron de visita a su casa, ambas sabían que no era una buena idea, el día estaba agradable, un día soleado. Todo estaba cálido, algunos amigos ya estarían allí. En algún momento fui su pareja - pensó- Ahora ella me abrirá la puerta, ha sido una mala idea el haber venido. Tenía miedo y los nervios eran evidentes.
Mi novia está a lado contrólate Sara -dijo para sí- Hacia meses que no la veía, que no volvía a pisar esa casa, que no miraba su cara. Aún recuerdo la última conversación, ella suplicándome, que no anduviera con Lore y al mismo tiempo dejándome porque lo nuestro no podía ser.
Todo esto recurría a su mente, la inundaba de pensamientos, la estremecía. Lorena nunca se había enterado de que su actual novia tuvo un romance con una de sus amigas, ella ni siquiera sabía que su amiga era lesbiana, aunque siempre lo había sospechado. Se sentía feliz porque vería a su amiga, en aquella reunión que precisamente ella Lorena, había organizado, todos adoraban a Sara, era completamente dichosa, pues sabía que Sara la quería y cabe mencionar que el sexo era maravilloso, la hacía disfrutar de los orgasmos más exquisitos de su vida.
Ximena estaba ansiosa, nerviosa, estresada, solía sonreír y ponerse nuevamente seria. Caminaba, atendía a sus invitados y a su novio, se reía cuando los demás lo hacían y de repente, simplemente miraba la puerta. Buscaba motivos para ir a la cocina y ver si acaso llegaba, era una costumbre que tenía desde que conocía a Sara.
Vendrá con ella –pensó- Hace tanto que no la veo y aún la quiero ¿Por qué? ¿La querrá? Fue tan grande lo nuestro y duró tan poco tiempo ¿Me habrá olvidado? No, no. Y los pensamientos de pronto se alejaron cuando sonó el timbre, ella saltó de susto. Volvió a la realidad.
Se dirigió a la puerta, suspiró, intento ser valiente, cerró los ojos y abrió.
El sonido de la puerta parecía eterno, se abrió. Se miraron fijamente en un momento que parecía ser eterno, hasta que Lore gritó en un saludo efusivo.
Pasen, están todos adentro, dijo Ximena.
Se dirigió a Sara… -Hola- le dijo en voz baja. Sara se limito a sonreír, no hacia falta palabra alguna para hacerla sentir lo que pensaba –Que hermosa te ves- pensó.
 Entraron, saludaron a Rod, Mau y su novia, se pusieron a convivir, la conversación parecía tan vaga, tan distante Lore ni siquiera se dio cuenta de que Sara no prestaba atención. Y Sara reía casi en automático y respondía con movimientos vagos de cabeza.
Ximena, no salía de la cocina.
Impaciente caminaba sin saber que decir, de un lado a otro, tragaba saliva, servía un vaso más de algún líquido.
Sabía que Sara aborrecía el refresco de limón, le gustará a Lore se preguntó, se dio cuenta de lo poco que en realidad la conocía.
Regreso a la sala. Rod dijo –Bueno ya es hora de estar en la alberca ¿no? ¿Unas chelas? Todos se pararon Mau ya estaba dispuesto a meterse en la alberca, traía unos shorts al igual que su novia, Lore se puso el traje de baño azul turquesa, su figura resaltaba ante todos los demás, era realmente hermosa. Sara la miró, sonrió, Lore la besó. Ximena se volteó.
Ximena aborrecía nadar y Sara no sabía. Lore se aventó con Rod, Mau y su novia lo hicieron en seguida, tomaron una pelota y se pusieron a jugar.
Ximena le brindo un vaso con refresco de naranja a Sara, ella en un susurro dijo gracias, -por nada –respondió- ¿la amas? dijo rápidamente y miro hacia la alberca como aquel que pregunta que tal esta el clima.
Sara la miro, dio un sorbo a su bebida miro a Lore y sonrió dijo –Es muy linda-
Linda, la palabra retumbo en su cabeza y por poco una lágrima se escapa, linda, ella solía llamarla linda a ella, linda, linda. Parecía que había pasado tanto tiempo desde que eso sucedía. Linda. Reacciono.
Le cayó un poco de agua que Rod aventó, miro a su lado y Sara estaba en cuclillas hacia la alberca. Lore la jalaba y un beso le dio, Sara alcanzo a agarrarse pero aún así su playera se mojo, sonrió, dijo no con la cabeza y Ximena sonrió. Se acerco y dijo – Sara, ven te presto una playera, no puedes estar así- Lore la miró pícaramente y se sumergió, siguió jugando con los demás.
Sara la siguió adentro. Subieron a su habitación, no decían palabra alguna, parecía tan poco el tiempo, tan larga la distancia, no sabían si era amor.
Entraron a la habitación. Nadie más que Sara había estado allí. En algún momento fue parte de esa vida que ahora le parecía desconocida.
Ximena saco una playera de un cajón, se la dio, Sara camino hacia el baño privado que conocía desde hace tiempo, entró, miró los cuadros, sabía que nada había cambiado, más que el cepillo de dientes –antes era azul- pensó.
Se quito la blusa mojada espaldas a la puerta y esta se abrió. La miraba como la primera vez, tenía la playera enredada en los brazos, Ximena caminaba hacia ella mientras la deseaba.
Acaricio su espalda desnuda, beso su cuello, disfruto su aroma y la caída de su cabello, Sara simplemente cerró los ojos, se mordió el labio, Ximena la volteo bruscamente hacia ella, toco sus senos y bajo sus manos hasta sus nalgas Sara no se quito, también la toco, ella gimió. Ximena la besó, mordió su labio y sus manos la aferraban a su cuerpo, Sara se dejaba en aquellas caricias que la envolvían, se iban perdiendo en una pasión prohibida y delirante.
Fue entonces que Ximena dijo en un susurro -Te amo…- Sara reaccionó, se alejo de ella y le dijo –No debo- Ximena contesto ¿Por qué no? ¿La amas más que a mi, ya hicieron el amor?

Calló ¿Cómo explicarle que sí, que sí lo había hecho? ¿Cómo le dices a la mujer que amas que estuviste con alguien más en la cama? No podía, simplemente la tomo de las manos, cerró los ojos y le dijo –Yo también te amo, pero fue tu decisión no la mía-
Ximena le dijo, sabes que no puedo. Sara asintió con la cabeza  con un sonido casi inaudible dijo –Lo sé-
Entonces se alejó de ella, fue hacia la puerta, giro la perilla, volteó y le dijo – cuando puedas será  tarde- Ximena la miró, preguntó ¿Qué tiene ella que no tenga yo? A lo cual Sara simplemente contestó –Libertad-
Salieron de nuevo a la alberca, Lore estaba vestida y secándose el cabello, miro a Sara y la besó ella le sonrió, - Te ves preciosa- le comentó, - Gracias mi amor- le contesto. ¿Nos vamos? Sara asintió, se despidieron de sus amigos, tomaron sus cosas, Lore nunca preguntó que había sucedido, no importaba, Sara se encuentra a mi lado –pensó-
Ximena las miró. Le dolió y sonrió, miro una foto de su vida perfecta, bajo la mirada y dijo en un susurro: Libertad.

viernes, 2 de marzo de 2012

¿Qué hay de ti en estás letras?
aparte de suspiros, de ideas
de sentimientos no encontrados
que me dejan,
que se escapan al viento
para habitarte de vez en cuando,
cuando los dejas.

¿Qué hay de mi en estás letras?
un toque lleno de deseo y pasiones secretas
¿En dónde me dejas?
tan solo encuentro caminos
que no me llevan más a tu silueta,
que estoy entretejiendo historias
para ver si acaso
en alguna de ellas te encuentras...

¿Que tanto de ti, de mi, de lo que no somos?
 de aquello que siendo no nombrado
nos aniquilamos... nos olvidamos,
se pierde en el abismo del silencio
la indiferencia.

¿Qué tanto de ti en estás letras?
Como no podrías ser musa y al mismo
tiempo poema...
¿Por qué te sigo escribiendo
por qué te sigo inventando,
por qué en este silencio anclado...
... mis letras, te siguen llamando...

A.Minor.