viernes, 28 de diciembre de 2012

Atrevimiento.

Le robé fuerza a mis miedos y me atreví a besarla ¡qué importaba si me aventaba, golpeaba, maldecía o escupía! ¿Qué importaba si jamás me volvía a hablar?
... Haber probado sus labios todo lo valía...
Así que con la fuerza del miedo que mantiene un amor oculto, así la besé,
me arrojé con impulso golpeando suavemente sus labios mientras ella terminaba de decir no sé que cosa.

Pero no, no me aventó, golpeó, gritó o escupió. Primero abrió los ojos sorprendentemente y luego se relajó, se dejó ir en el vaivén de la suave intensidad con que la besaba.

Fue entonces cuando comencé a sentir como mi ser se elevaba y nos miramos juntas, abrazadas, besándonos, como si el mundo se nos fuera en ese beso. Y seguí elevándome; y vi la calle, los colores de la tarde, sentí el aire, vi la ciudad, hasta llegar a las nubes blancas y comencé a brincar como un ángel sobre ellas. 
Entonces, ella me mordió...

Y fui cayendo rápidamente del paraíso donde me encontraba, para descender bajo la tierra húmeda; y hundirme en el calor mismo del infierno, allí, mientras ella me besaba yo ardía en miles de fuegos.

Cuando abrí los ojos y la vi sonriendo. Lo entendí. Aquella mujer despertaba en mi el cielo y el infierno, ambas partes al mismo tiempo y en un equilibrio perfecto.




Airy Minor.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Firme y fiel siempre a escribirte.
Sueño cruel que no termina de irse,
es una fantasía, un encuentro, una agonía.
¿Qué hice para merecer tanta desdicha?
Te miro, y me muerdo los sentimientos,
por ello no te miro, no poso mis ojos en tu cuerpo
más de cierto tiempo.
Te escucho vagamente, no presto atención
a la melodía de tu voz.
Y justo cuando te callo, 
se me desborda el sentimiento.
Te miento. De qué me sirve quererte tanto,
si no puedo ni demostrártelo.
Me acostumbre tanto a ignorarte, 
que a veces ya no sé ni pensarte.
Me estoy quejando, 
porque no sé, si algún día,
mis letras vuelvan a ser independientes,
no estén atadas a ti.
A la vaga imagen que mantengo de ti.
Aunque estés más cerca, cada vez más cerca de mi.
Es verdad cuando digo, 
que no sé estar contigo, ni sin ti.


Airy Minor.

martes, 4 de diciembre de 2012

Irrealidad.

Te me apareces en el sueño,
en la mañana al despertar,
te me apareces en los recuerdos
aquellos que deseo poder olvidar.

Te manifiestas a deshoras,
en encuentros, que me hacen fatigar,
es un mal necesario,
no termino de naufragar.

Sos como una marea,
incompleta, infinita, inhabitable.

Tengo tanto que reclamarte,
ya no tengo lagrimas que llorarte.
Pero estás ahí,
manifestándote.

Y uno aquí, inquebrantable,
sufriendo por ti, y tu ni siquiera
estás al alcance.

Sueño cruel, que no termina de marchitarse.

A. Minor.