lunes, 26 de noviembre de 2012

A veces hablo de ella, con ella.
Se volvió un vicio no cometido,
una terrible y encantadora excepción.

No lo lamento, no. Sí lo lamento.
Quizá no puedo decir todo lo que anhelo,
porque me da miedo.

Pero ella lo sabe, en el fondo lo sabe.
Y con ello me mantengo, siempre sugiriendo,
siempre sonriendo. Aunque en el fondo
una sola de sus miradas pueda matarme.

Una sola de sus miradas.
¡Ahora imaginen como me pongo si es que me toca!

Palabras al aire.

Una especie de cansancio derrota mi búsqueda de ti
de esos encantadores ojos oscuros que me hacen sonreír.
Pero te sigo negando ante la adversidad
de los nulos intentos.

No sé que tengo, pero sé que no esa ti.
Tantos amores y ni uno bueno, duradero.
Todos efímeros, que se dan con el tiempo
y el mismo tiempo me los arrebata,
así como las ganas.

No se si es aventura o es lamentable el seguirte escribiendo
no cabe duda de que de mis musas eres la favorita,
abuso constantemente de tu imagen para inspirarme,
porque de ti, me fluyen las letras.

Pero tengo una especie de cansancio, de derrota,
y fue precisamente en un momento en el que pude darme cuenta,
justo en ese momento en que me encontré en tu mirada,
siempre distante, siempre cercana.

Siempre tan nuestra. Todo y nada nos deja.
Y te seguiré escribiendo, como si de esa forma me contentaras,
como si de esa forma pudiera irte dejando un poco,
o quizá haciéndome más de ti.

Porque de ti soy aunque nadie más que yo lo sepa.

Airy Minor.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Te quiero:

Te quiero poquito,
para no extrañarte.
Te quiero tanto,
cuando no estás distante.

Así te quiero, de formas infinitas,
de maneras extrañas y efímeras.

Te quiero poquito para no desearte,
te quiero mucho cuando en mis manos te desatas,
cuando tus labios me exaltan.

Te quiero cuando debo,
cuando no debo, no lo recuerdo,
esas cosas no se recuerdan ni se olvidan,
se sienten aquí cerquita del pecho
y llenan todo el cuerpo.

Así. Así es como te quiero.
Como yo quiero.


Airy Minor.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Entendimiento.

A besos, 
llenar de caricias,
que sonríen si las miras.

Entendimiento con miradas, 
suspiros que nos dejan sin palabras,
y letras. Entintadas en tu ser.

Entendimiento, en silencio.



Airy Minor.

jueves, 8 de noviembre de 2012

17:50

Era uno de esos días que no vale la pena recordar, el sol ardiente quemante, el aire frío que hacia volar mi cabello hacia atrás, con esa nostalgía constante de los días de invierno. Solos.
Fui andante hasta llegar al café, punto de reunión de muchos, justo cuando anhelas estar solo llega alguien a saludarte; entonces, por cortesía sonríes y en el fondo piensas -Mierda, ahora se pondrá a hablar- entonces la otra persona comprende, entiende que es tu momento contigo mismo, que no anhelas compañia, pero a veces no siempre sucede eso, se sienta a tu lado sin preguntarte si puede, invade tu espacio, te sientes violado, ultrajado todo gracias a las reglas sociales de cortesía.
Pero se fue. Entonces tomé la bolsa y saqué una libreta llena de garabatos indetermidados, ¿Cómo puede una sola presencia habitar en tanta ausencia? a veces me leo y me sorprendo, me doy cuenta de que al escribir me vuelvo otra, muchas otras que nisiquiera conozco, a veces me fascinan, otras, me dan miedo.
Saqué una pluma, hay algo en mi absurda mente que no me deja escribir a gusto si no es una pluma que me acomode, quizá exista una palabra para ello, por el momento la desconozco.
La mesera se acercó y sin siquiera emitir sonido alguno solo movio los labios diciendo ¿un café? y sonrió, debería de ser pecado llegar al mismo lugar y pedir siempre lo mismo, se vuelve un hábito y los hábitos no me agradan del todo, a pesar de que sé que tengo que lidiar con ellos siempre.

Comencé a hojear la libreta nuevamente, las frases, los textos, los garabatos incendiados, entendibles, me hacen sonreír y al mismo tiempo me duelen como si los estuviera viviendo ya mismo, vuelvo a sorprenderme, pronunció los finales de los versos que no me he aprendido pero que sin duda conozco, es extraño, no me sé ni uno sólo de mis versos y sin embargo si de otros.
Intente escribir algo elocuente, nada, a veces las palabras se escapan, o se congelan, o se quedan abrigadas en la mente en espera de que el frío cese, o quizá se quedan esperando a que algunos labios las muerdan.

Es tan lamentable que existiendo tantas personas llenas de deseo y pasión no puedan encontrarse. Entonces caigo en la duda tormentosa que es la vida, sonrió, ¡pero qué diablos! me digo.

Por fin han traido mi café, y con él un tumulto de pensamientos alborotan mi mente, ver el humo deslizándose seductor hacia el infinito, el negro color, el aroma a canela me envuelve, me idiotiza, siento en los labios el sabor caliente, amargo y dulce de esa deliciosa combinación. Todo es igual a probarte. Eso es lo que pienso.

Entonces comienzo a escribir versos, no me detengo, suelo ser así, escribo perdiéndome en un mundo en el cual entro y salgo cada que quiero, al terminar leo mis textos, doy un trago más a mi café y me doy cuenta de que muchas cosas no tienen sentido, pero es precisamente porque las sentimos que adquieren sentido.

Entonces sonrió, terminará esté día y quizá no habré hecho todo lo que deseo en la vida, pero si tú me besas, aunque sea con la mirada, entonces dormiré con una sonrisa. Ya mañana, si es que despertamos, será una nueva oportunidad, obviamente para seguir cometiendo locuras, para vivir, para ser diferente. Para encontrarnos a nosotros mismos cada quien a su manera.

Todo eso entre otras cosas más son en las que pienso cuando miró fijamente la tarde fría, disfruto de mi café y si se me antoja, un tabaco que no siempre es necesario.

Airy Minor.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Busco un texto que no encuentro,
que se quedó perdido pidiendo tus besos.
Busco un texto inhabitado,
que martillaba mi calma,
cada que tú, a mi mente asaltabas.

La hoja sigue en blanco,
la rasgadura de la tinta aún no le comete.
¿Qué puedo yo pedir?
si mis letras me han abandonado,
me dejaron tan solo para ir a buscarte,
en algún lugar distante.

Busco un texto, en donde no encontrarte.

Airy Minor.

martes, 6 de noviembre de 2012

Capacidad mía,
ésta de poder cerrar los ojos y sentirte,
vivirte como si fueras más que un instante.

Cerrar los ojos y mirarte andar por la calle,
con la mirada elocuente,
con la sonrisa furtiva que a veces se te olvida.

Suspirar lentamente, pensando en tus ojos,
en esos malditos, benditos ojos que me dicen todo,
que no dicen nada,
que me dejan en la nostalgia.

Podría escribir textos enteros hablando de
lo que tus ojos causan.

Pero ésta noche, cerrare los ojos,
y disfrutaré del paisaje de imaginarte,
me quedaré dormida y
te me apareceras en el sueño,
tranquila.

Esta noche solamente quiero respirarte,
dormir. Sintiendo el latido que se acelera
cada que estoy junto a ti.
Pero al final. Simplemente dormir.


Airy Minor.


 

sábado, 3 de noviembre de 2012

Fluye.

Caigo bajo la influencia de tus cadencias.
Indecencias.
Navego por la marea que es tu cabello,
me voy cayendo.

Tan solo tengo en mis ojos tu silueta
y las estrellas.
Tenerte bajo éste cielo estrellado,
sentir tu piel con todos mis diablos.

Bendita sea el agua de tu infierno,
me llevas, me vas consumiendo
hierve en mi pecho tu condena,
que no es más que tormenta.

Vuelcas todo de un lado a otro
y tu locura incesante me contagia,
no puedo quedarme quieta,
todo fluye.

Todo es tan eternamente efímero
que ya no recuerdo quién fui en la otra vida
renazco en cada movimiento de tu caderas,
son pequeños electroshocks que me
devuelven la vida cada que te acercas.

...


Airy Minor.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Usted.

Ahora que sé que me lee
casualmente en algún momento de su día
pase su mirada acariciando estas letras
que al mismo tiempo le sonríen, 
le penetran.

Es usted una inevitable tentación,
uno quisiera comportarse
pero es imposible no pensar en vos.

De la manera más perversa,
evitando líos del corazón
simplemente dejándonos perder la razón.

Es usted una tentación
pues no concibo la idea de que su cabello
me enrede en deseo, y más que eso.

Da igual, el tiempo es tan efímero
que la vida solo da una oportunidad, 
por eso hay que disfrutar,
fruto prohibido de ingenua perversidad.

Tome usted lo que quiera, juegue a su manera.

Pero le pido de la manera más atenta,
que me deje versarle la piel, 
plasmar en su espalda
con letras ensalivadas
instantes o para siempres, 
de mordidas privadas.


¡Buena noche!

 
Airy Minor.





jueves, 1 de noviembre de 2012

Tu presencia me provoca caos,
la mente se me enreda en pensamientos perversos,
los sentimientos se me alborotan
en danzas no cotidianas,
el alma se me escapa,
se va justo detrás de tu cadencia.

Tu mirada me aniquila,
palabra tan recurrente en mi poesía,
no interesa la distancia,
ni que tan lejos de mi alma te encuentras
a mi no me callas las palabras,
ni te vas con tus andanzas.

Tu presencia me provoca,
tornado, maremoto, me mojo.
Remolino atravesado, versado.

Tu sola presencia me vuelve loca, otra.
Y me voy dejando en el abismo que es tu silencio,
tu silencio, con el que me castigas todo el tiempo.

Te seguiré escribiendo, 
incluso cuando ya no te mire más,
te seguire manifestando, 
porque tu presencia de mi mente nunca se ha marchado.


Airy Minor