Me dueles de muchas formas incontables.
Mantengo viva tu presencia aún en está dolencia,
¿cómo olvido los momentos que a ti me entregue?
¿acaso esperas que aviente al cielo los besos que te probé?
En esta espera, tan poco dichosa y quizá eterna
te espero, aguardando el último momento que me concediste,
me condeno a tus manos, a tu piel,
daría lo que fuera por volver a sentirte otra vez,
aquí, en mi, porque sin duda alguna te llevo a todas partes,
te llevo dentro mio, y en cada cosa que me rodea,
todo pareciera pertenecerte.
Yo misma, te pertenezco.
Me dueles, más no me mueres.
Las dolencias insanas de la ausencia y del adios, son tan ricas en tus palabras, en tus letras, que cada vez que mis ojos las tocan mi dolor ya es menos.
ResponderEliminar… Yo misma te pertenezco…
ResponderEliminarde ese modo en que te entregue cada segundo de mi mente y cada suspiro de mi alma…
Desearía tenerte siempre…