domingo, 19 de febrero de 2012

Me deje la conciencia en tus labios
en ese sentido extraño
que tienes en las manos,
que me descubren,
que me envuelven, 
en tus labios que muerden.


No pude, ni quise evitarlo
me deje en tus manos, 
en el silencio que se apoderaba
de la noche. 
Frío afuera,
y tu cuerpo me quema.


Me deje el aroma en tus ropas
tú dejaste tus besos en mi piel
ya me hacía tanta falta
un poco el enloquecer.

A veces es bueno dejarse fluir
en los besos ajenos
de alguien que nos envuelve en redes
pasión, atracción, infinidad de secretos
que nos enredan en seducción.

Mañana todo pasará,
seguiremos siendo las mismas
al volvernos a mirar,
teniendo en mente
que la conciencia me la dejé
en ese momento, en que tus besos probé.

............... Suele suceder.

A. Minor.

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