viernes, 6 de enero de 2012

Escríbeme.

Escríbeme que mis palabras me están ahorcando
con este nudo en la garganta, quizá de llanto.
No quiero llorarte, 
no quiero mentirte y tampoco quisiera adorarte.
Porque se huele en el aire
porque te respiro,
porque eres tan necesaria
que no te imagino ya fuera de mi vida.

Escríbeme, porque mis palabras me traicionan
porque la razón se me confunde
con cosas tan sencillas como el contar,
como el caminar, como el simple hecho de pensar.

Que me doy cuenta de que al escribirte
al hacerte letras, soy más cuerda,
que se me está yendo el pensamiento
cada que te acercas.

Escríbeme, habítame,
y si es posible olvídame,
hazme no desatar estas locas ansias,
ni estas ganas, ni el sentimiento
que hasta el borde se mantiene
queriendo dejarse ir.

Limítame, que es tan absurda la idea
que hasta me hace reír,
¿cómo pude enamorarme de ti?
y no, porque no lo merezcas
sino porque; no se me cruzó por la cabeza
que pudiera estar yo así.

Escríbeme, porque el tiempo se detiene
y al mismo delirio me envuelves,
no te detengas, por favor
que en mi mente, mi alma y corazón
sigue una duda andante, que quiere continuar
y sin esperar, sin tener la vaga ilusión
de lo que pueda o no pasar,
algo en mí quiere detenerse,
pero algo más fuerte. Permanece.


 Airy Minor.

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