domingo, 4 de marzo de 2012

Reencuentro


Fueron de visita a su casa, ambas sabían que no era una buena idea, el día estaba agradable, un día soleado. Todo estaba cálido, algunos amigos ya estarían allí. En algún momento fui su pareja - pensó- Ahora ella me abrirá la puerta, ha sido una mala idea el haber venido. Tenía miedo y los nervios eran evidentes.
Mi novia está a lado contrólate Sara -dijo para sí- Hacia meses que no la veía, que no volvía a pisar esa casa, que no miraba su cara. Aún recuerdo la última conversación, ella suplicándome, que no anduviera con Lore y al mismo tiempo dejándome porque lo nuestro no podía ser.
Todo esto recurría a su mente, la inundaba de pensamientos, la estremecía. Lorena nunca se había enterado de que su actual novia tuvo un romance con una de sus amigas, ella ni siquiera sabía que su amiga era lesbiana, aunque siempre lo había sospechado. Se sentía feliz porque vería a su amiga, en aquella reunión que precisamente ella Lorena, había organizado, todos adoraban a Sara, era completamente dichosa, pues sabía que Sara la quería y cabe mencionar que el sexo era maravilloso, la hacía disfrutar de los orgasmos más exquisitos de su vida.
Ximena estaba ansiosa, nerviosa, estresada, solía sonreír y ponerse nuevamente seria. Caminaba, atendía a sus invitados y a su novio, se reía cuando los demás lo hacían y de repente, simplemente miraba la puerta. Buscaba motivos para ir a la cocina y ver si acaso llegaba, era una costumbre que tenía desde que conocía a Sara.
Vendrá con ella –pensó- Hace tanto que no la veo y aún la quiero ¿Por qué? ¿La querrá? Fue tan grande lo nuestro y duró tan poco tiempo ¿Me habrá olvidado? No, no. Y los pensamientos de pronto se alejaron cuando sonó el timbre, ella saltó de susto. Volvió a la realidad.
Se dirigió a la puerta, suspiró, intento ser valiente, cerró los ojos y abrió.
El sonido de la puerta parecía eterno, se abrió. Se miraron fijamente en un momento que parecía ser eterno, hasta que Lore gritó en un saludo efusivo.
Pasen, están todos adentro, dijo Ximena.
Se dirigió a Sara… -Hola- le dijo en voz baja. Sara se limito a sonreír, no hacia falta palabra alguna para hacerla sentir lo que pensaba –Que hermosa te ves- pensó.
 Entraron, saludaron a Rod, Mau y su novia, se pusieron a convivir, la conversación parecía tan vaga, tan distante Lore ni siquiera se dio cuenta de que Sara no prestaba atención. Y Sara reía casi en automático y respondía con movimientos vagos de cabeza.
Ximena, no salía de la cocina.
Impaciente caminaba sin saber que decir, de un lado a otro, tragaba saliva, servía un vaso más de algún líquido.
Sabía que Sara aborrecía el refresco de limón, le gustará a Lore se preguntó, se dio cuenta de lo poco que en realidad la conocía.
Regreso a la sala. Rod dijo –Bueno ya es hora de estar en la alberca ¿no? ¿Unas chelas? Todos se pararon Mau ya estaba dispuesto a meterse en la alberca, traía unos shorts al igual que su novia, Lore se puso el traje de baño azul turquesa, su figura resaltaba ante todos los demás, era realmente hermosa. Sara la miró, sonrió, Lore la besó. Ximena se volteó.
Ximena aborrecía nadar y Sara no sabía. Lore se aventó con Rod, Mau y su novia lo hicieron en seguida, tomaron una pelota y se pusieron a jugar.
Ximena le brindo un vaso con refresco de naranja a Sara, ella en un susurro dijo gracias, -por nada –respondió- ¿la amas? dijo rápidamente y miro hacia la alberca como aquel que pregunta que tal esta el clima.
Sara la miro, dio un sorbo a su bebida miro a Lore y sonrió dijo –Es muy linda-
Linda, la palabra retumbo en su cabeza y por poco una lágrima se escapa, linda, ella solía llamarla linda a ella, linda, linda. Parecía que había pasado tanto tiempo desde que eso sucedía. Linda. Reacciono.
Le cayó un poco de agua que Rod aventó, miro a su lado y Sara estaba en cuclillas hacia la alberca. Lore la jalaba y un beso le dio, Sara alcanzo a agarrarse pero aún así su playera se mojo, sonrió, dijo no con la cabeza y Ximena sonrió. Se acerco y dijo – Sara, ven te presto una playera, no puedes estar así- Lore la miró pícaramente y se sumergió, siguió jugando con los demás.
Sara la siguió adentro. Subieron a su habitación, no decían palabra alguna, parecía tan poco el tiempo, tan larga la distancia, no sabían si era amor.
Entraron a la habitación. Nadie más que Sara había estado allí. En algún momento fue parte de esa vida que ahora le parecía desconocida.
Ximena saco una playera de un cajón, se la dio, Sara camino hacia el baño privado que conocía desde hace tiempo, entró, miró los cuadros, sabía que nada había cambiado, más que el cepillo de dientes –antes era azul- pensó.
Se quito la blusa mojada espaldas a la puerta y esta se abrió. La miraba como la primera vez, tenía la playera enredada en los brazos, Ximena caminaba hacia ella mientras la deseaba.
Acaricio su espalda desnuda, beso su cuello, disfruto su aroma y la caída de su cabello, Sara simplemente cerró los ojos, se mordió el labio, Ximena la volteo bruscamente hacia ella, toco sus senos y bajo sus manos hasta sus nalgas Sara no se quito, también la toco, ella gimió. Ximena la besó, mordió su labio y sus manos la aferraban a su cuerpo, Sara se dejaba en aquellas caricias que la envolvían, se iban perdiendo en una pasión prohibida y delirante.
Fue entonces que Ximena dijo en un susurro -Te amo…- Sara reaccionó, se alejo de ella y le dijo –No debo- Ximena contesto ¿Por qué no? ¿La amas más que a mi, ya hicieron el amor?

Calló ¿Cómo explicarle que sí, que sí lo había hecho? ¿Cómo le dices a la mujer que amas que estuviste con alguien más en la cama? No podía, simplemente la tomo de las manos, cerró los ojos y le dijo –Yo también te amo, pero fue tu decisión no la mía-
Ximena le dijo, sabes que no puedo. Sara asintió con la cabeza  con un sonido casi inaudible dijo –Lo sé-
Entonces se alejó de ella, fue hacia la puerta, giro la perilla, volteó y le dijo – cuando puedas será  tarde- Ximena la miró, preguntó ¿Qué tiene ella que no tenga yo? A lo cual Sara simplemente contestó –Libertad-
Salieron de nuevo a la alberca, Lore estaba vestida y secándose el cabello, miro a Sara y la besó ella le sonrió, - Te ves preciosa- le comentó, - Gracias mi amor- le contesto. ¿Nos vamos? Sara asintió, se despidieron de sus amigos, tomaron sus cosas, Lore nunca preguntó que había sucedido, no importaba, Sara se encuentra a mi lado –pensó-
Ximena las miró. Le dolió y sonrió, miro una foto de su vida perfecta, bajo la mirada y dijo en un susurro: Libertad.

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