sábado, 4 de junio de 2011

Una noche más.




El tiempo pasa lento, miro el reloj y cada vez es más tarde, sé perfectamente que no llamarás, que es pesado intentar en mi mente, hacerle creer que regresarás.
Huiste de mi cariño, de mis brazos, de mi pasión, huiste de mis miedos, no te culpo quizá tengas razón.
Pero que bueno que huiste, antes de haberte dicho Te amo, no te miento, si lo pienso, en llegar a decirlo en tus brazos. Pero recuerdo y me alejo, tú no eres con quien yo anhelo, pasar todos mis ratos.
Pausadamente tu recuerdo viene a mi mente, miro la hora nuevamente, fue una costumbre que obtuve al tenerte. Palabras, imágenes, manías, sombras de un amor que no pudo ser, o que quizá si fue, pero que no lo dejamos crecer.
Nació y murió en tan poco tiempo, lo que no entiendo es porque no entierro su recuerdo. Algo en mi te llama, te busca, te aclama, te extraña y al mismo tiempo algo de mi desea olvidarte, encontrar una razón perfecta para odiarte y así obligarme a sacarte de mi para siempre.
No encuentro esa razón, el arrepentimiento viene a mi y te nombra mi corazón.
Te amo, quizá me hizo falta decírtelo al oído, llenarte de todo este cariño mío, arrojar mi soledad al vació, pero lo cierto es que mi soledad vive a lado mío, no puedo abandonarle es ella quien me consuela cada que tu te alejas.
Pero te dejo ir vida mía, que encuentres amor en otras caricias, que te llenen de vitalidad, de ricas fantasías, como le envidio por tener ahora tus besos, tus manos y tus pensamientos, pero al mismo tiempo como le bendigo por haber hecho que me olvidarás.
Ojalá yo pronto pueda borrar tu mapa en mi piel, con un amante que quiera arriesgarse en mi aventura.

P.F

2 comentarios: